sábado, 31 de julio de 2010

NO SE LO MERECEN

Lástima de tiempo desperdiciado, de ilusiones y de sueños. Después de unos cuantos días, incluso semanas, llego a la conclusión que hay gente que no se merecen nuestras lágrimas. Y aunque las mías son lágrimas internas mojan mi corazón del mismo modo que las otras, esas que empapan el rostro de una persona y que se secan con un pañuelo o con el abrazo de un amigo. No se merecen un minuto de nuestros pensamientos ni un segundo de malestar. No estoy diciendo que no tendamos el brazo para ayudar, hablo sólo de evitar concederles un lugar en nuestra cabeza o en nuestro corazón que a fuerza de martillo han perdido.

Mostrar cariño por gente que nos han echo daño no está en contra de este pensamiento, pues bien digo, si alguna vez algo necesitasen podrían acudir a nosotros pero como algo excepcional, y nunca, y repito nunca, como si el daño causado no existiese. El odio no recorre nuestras venas, es la decepción o el engaño, el llamado por mi "la cara de tonto", que tanto coraje me da... No podemos negar la ayuda a nadie... Por supuesto, que no nos tomen el pelo y que no nos humillen.

No podemos permitir que nos tomen el pelo, y por encima de todo debe de estar nuestra dignidad. Jamás debemos negociar con ella, debe permanecer intacta. No os diré, donde estáis perdiendo vuestra dignidad, que no orgullo (algo muy distinto), pero en el momento que hacéis algo que os prometisteis no hacer por causas justificadas, (véase, engaños, traiciones, etc) ahí estáis comenzando a negociar con ella. Y ésta, en caso de perderla, deja una huella muy grande. Es muy alto el precio que pagaréis si jugáis con ella.

La vida continúa, los vagones de mi ciudad comienzan a llenarse de nuevo, y las niñas guapas se siguen montando en él. Sigo observando en busca y captura de mi mirlo blanco, con las mismas ilusiones, ganas y deseos que antaño. Ahora lo veo todo claro, y esto me produce tranquilidad, a la vez que decepción. Pero las decepciones, queridos amigos, es como ese sabio refrán "agua pasada no mueve molino".

Así que venga, con toda la claridad que ofrece un nuevo día, me enfrento a la ambiciosa y apasionante aventura de buscar mis tesoros, en compañía siempre, de mis amigos... Esos que nunca fallan ¿Quién se viene?

Esta canción se la dedico a mi médico, el cual lo tengo un poco abandonado y ya no le hago ni consulta ni nada de nada

Sed buenos

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