jueves, 22 de julio de 2010

DECÍDETE....

Con los ojos aún pegados de tanto ambular de una punta de la ciudad a otra, con el cansancio lógico de un fin de semana de esfuerzos, retomo mi vuelta a la capital de España con las ojeras cargadas de lágrimas de cocodrilo. Una vez más hago el camino de regreso solo, pero cargado de regalos e ilusiones.

Un fin de semana de conversaciones, de charlas, y de una capacidad cuanto menos "fría", para poder separar perfectamente dos estados aparentemente vinculados. La capacidad de poder discernir sin que los sentimientos te nublen es algo que no abunda mucho en la gente. Saber pedir perdón a tiempo, saber escuchar, son cualidades admirables en una persona. Pero más admirable es la capacidad de perdonar. Pedir perdón es relativamente fácil, pero perdonar olvidando lo ocurrido, no están simple.

A puerta gayola como lo hacen los valientes, recibo el nuevo día, y una idea ronda mi cabeza, y no se bien como expresarla. Rodeado de juventud por el tipo de trabajo que últimamente realizo, me veo casi obligado a comparar mis años mozos con los de estos muchachos con pelusilla en sus rostros... la única conclusión que saco es que mi vida ha sido mucho más rica en experiencias que las suyas. En todos estos muchachos se daba la incapacidad de tomar
decisiones. Todos se paseaban temerosos a errar.

Las decisiones tomadas no nos deben pesar. El miedo a no saber las consecuencias de una toma de decisiones no es un motivo para dejar de tomarla. Debemos ser valientes a la hora de decidir un camino u otro, y lo que es más importante, debemos ser consecuentes con ella. Lo he dicho alguna vez, esto no significa no rectificar. En ocasiones, en muchas, nos equivocaremos, no elegiremos el camino adecuado, pero es lo bueno que tiene el ser humano, que siempre podrá rectificar. Habrá quien lo comprenda y perdone ese error, y habrá quien nos talle de hipócritas y falsos. Pero no podemos permitirnos semanas, meses o años para tomar una decisión. Debemos lanzarnos, no a lo loco, con cabeza y algo de corazón. Cabeza para discernir lo que nos conviene y corazón para avanzar con decisión y humildad.... Pues nadie sabe con certeza si tomó la decisión correcta, de eso se encargará el tiempo, el cual nos dará (o quitará) la razón.

Hablando el otro día contigo me hacías reflexionar sobre las virtudes o cualidades que debemos tener los seres humanos por el simple hecho de ser personas. Pero claro, la experiencia y los últimos acontecimientos nos hacen confirmar un fallo de fábrica. En la fabricación de los futuros pobladores de la Tierra Prometida, existe un defecto de fábrica muy serio. El miedo a fallar, al fracaso hace que un grupo de jóvenes "brillantes" se vengan abajo cuando se les hace tomar una decisión tan simple como ¿Qué camino es más rápido, por la costa o por el interior?... Este miedo al fracaso es un defecto importante, pero existen muchos otros, que ya iré recalcando por mi rincón otro día. Hoy ya está bien de pensar tanto.

Sed buenos

3 comentarios:

Unknown dijo...

Cierto es que las decisiones que tomamos en la vida van marcando nuestro camino y que a veces pensamos que no hemos tomado la decisión adecuada debido a que la “recompensa” que obtenemos al llegar no ha sido la esperada. En estos casos hay que autoanalizarse y sacar lo positivo, lo que hemos aprendido, lo que hemos ganado y lo que otros han perdido y no han sabido valorar. La madurez que vamos adquiriendo con las experiencias de estos caminos es la que nos guiará al camino de la felicidad, solos o acompañados, pero recuerda que cada uno nos enseña y nos hace crecer como personas.
Besitos

Tomás dijo...

Dios mío estoy creando unos monstruos.... La foca ya habla como yo y ahora tu tb

Sabias palabras las tuyas,

Un besito

FoCa dijo...

Todo lo bueno se pega, y tantas charlas entre los 3 han tenido que servir de algo...De mucho diria yo! Me encanta ver como tras situaciones dificiles, los 3 mosqueteros seguimos andando con la cabeza bien alta preparados para la proxima batalla!!