Ayer tarde tras mi inmersión al fantástico mundo de los gimnasio, donde todos lucen cuerpos diez y exhiben con orgullo sus bíceps (la verdad que tampoco son para tanto), me acerqué a la sala de spinning. En ella, la profesora, una alumna y yo... Antes de empezar advertí mi falta de preparación física para realizar el ejercicio. Una vez finalizada la clase se acercó la "profe" a mi para decirme "No ha sido tan duro ¿verdad?.... (Camiseta empapada en sudor, los goterones cayendo por mi frente, mis brazos y piernas cubiertos en sudor.... Creo que en mi vida había sudado tanto) "No, que va"- contesté. Tras unos minutos de conversación me propuso tomarnos algo después de terminar ella otra clase.... Aluciné un poco, ¿El sudor es atractivo?, ¡¡Qué descubrimiento!!

Pero lo realmente interesante del día de ayer, fue un señor, con la nariz hundida y con cuatro pelos en la punta de ésta, bajito, calvo y con una cicatriz preocupante sobre su cráneo. El tembleque incontrolable y continuo era un síntoma evidente del Parkinson que padecía. Con mirada triste y ojos enrojecidos, tal vez, por lo que dejó de ser y ya no es, o quizás de arrepentimiento por sus años malos. Su aspecto era lamentable, el pantalón sin cinturón se le caía mostrando parte de sus calzoncillos, los cuales utilizaba para remeter la camisa talla XXL que le sobresalía por todas partes. Comenzó a charlar conmigo al salir del gimnasio y yo, fiel a mi condición me detuve a dedicarle un tiempo que a mi no me sobra y que a él ya no le persigue.
Tras veinte minutos de conversación me percaté que los temas de los que hablábamos eran siempre los mismo. Daba igual lo que yo le preguntase, al final siempre volvíamos al mismo

tema..... "Yo nací cuando la M-30 no existía" "Porque tengo un problema de neuronas" "Yo ante tenía amigos..." "Yo me he machacado mucho (se entiende sacrificado)".... Como una gramola que no cambia el disco, volvía a empezar con las mismas frases y cuando yo hacía el amago de despedirme sus ojos cansados y tristes se iluminaban, y me volvía hacia él para darle ánimos y proponerle vernos al día siguiente después del gimnasio y practicar inglés... (Porque este personaje hablaba inglés y sabía de ordenadores)... Joaquín, que es como se llamaba, es un señor que estaba solo.... Con lágrimas en los ojos decía arrepentirse de su vida, no se hablaba con sus hermanos, me dio a entender que había hecho cosas malas, que conocía muy bien las drogas... Y yo, que desde hacía tiempo reclamaba y necesitaba un abrazo de mis amigos, me lancé a estrecharlo en mis brazos... Pensaba que era yo el que necesitaba un abrazo, que egocéntrico y equivocado estaba.... "Gracias, balbuceó, eres una gran persona. Suerte el que te tenga como amigo"... Se separó y emprendió su camino dejándome allí.... ¿Quién necesitaba el abrazo?
Cuanta gente sola hay en este mundo, y nosotros con tanto cariño que dar y repartir nos lo guardamos egoístamente.
Respecto a la "profe" que nadie se alarme, no era de mi gusto y no quedé con ella. Así transcurrió mi tarde. Entre sudor y lágrima.
Sed buenos
3 comentarios:
Éres increible.. No cambies nunca cielo..
Ese señor no sabe la maravilla de persona que ha encontrado para si..
Y estoy bien, "lo prometo"...
Sonrío cuando te recuerdo..
CACA.. =)
Mil y un besos para ti..
#CON#
Jo me has hecho llorar...
Sabes lo que necesitamos unos dias de aventura en algún parque natural viendo lugares nuevos y conociendo gente jejejej!!!Que ganitas!!! Ya queda menos para ese abrazo rigido, yo también lo necesito.
Besitos
Si, yo antes solia venir por aqui....naa, por esas cosas raras de la vida, conservaba la dirección, pero no , no había tenido la intención de retomar; hoy he leído dos, no recuerdo si así era antes pero, si, claro que me han gustado, mas ¿ así escribía Mario antes?
tendré que dar para atrás, hasta encontrar donde me quedé.
Saludos Mario.
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