APRENDIENDO...

Un sentimiento extraño y olvidado ha venido hoy a visitarme. La pena, la melancolía, o tal vez la añoranza, han entrado por mi ventana y me han arropado esta noche untando mi cuerpo en una grasienta y espesa apatía. Toda ella mezclada con un poco de impotencia por no poder resolver algunos de los maravillosos problemas que me trae este día de verano, los cuales han hecho que un nudo de sentimientos se coloque entre mi estómago y la garganta.

Ganas de gritar, golpear, destrozar y porque no, también insultar e increpar a esa chacra que no para de traerme (de traernos) dificultades que a modo de rompecabezas he de resolver. Una vez más, la vida nos da una vuelta más de tuerca y nosotros fieles a nuestra condición aguantamos el tirón.

Las ganas de seguir empujando de este carro cargado de sueños, ilusiones, esperanzas, sacrificios, alegrías, se hacen cada más pequeñas. Pero al pensar en esa sonrisa con la que me ha obsequiado el destino, las nubes que ennegrecen mi día se disipan...

Con una sola palabra de amor hubiera bastado para hacerme sonreír, con una sola mirada de cariño hubiera sido suficiente para tenerme, con una sola llamada hubiera podido conseguir lo que otras no consiguieron. Hoy leo (orgulloso) una frase que hace poco le dije a una catalana postiza, "Nadie puede decir que ha amado si no ha sufrido". No se cuando volveré a mi tierra, con mi gente a los cuales estoy echando de menos, y aunque sea impropio de mi, debo admitir que también estoy echando de menos algún que otro abrazo.

Sed buenos