lunes, 27 de julio de 2009

RECUERDOS

Echando un vistazo al pasado me he visto luchando con mis hermanos por conseguir pasear cogido de la mano de mi madre. Es lo que tiene ser tantos hermanos y que tu madre sólo tenga dos brazos. Recuerdo una mañana en especial, camino del colegio sin mis hermanos, sujetaba la mano de mi protectora, mi mejilla sonrojada por el frío invierno buscaba la fricción de su brazo. El sonido de sus tacones al andar aún resuena en mi cabeza, sus largas piernas enfundadas en unas botas altas de color marrón, su falda, su sensual contoneo, su delicadeza al colocarme la bufanda, sus besos en la puerta del colegio. Era, es y será siempre hermosa.

Sus cabellos rizados, el movimiento de sus caderas al oír un fandango, una bulería o una rumba, sus besos para despertarnos, su voz relajante susurrando detrás de la oreja mientras nos dormía, sus gritos, sus bocados dulces en el cuello, sus dolorosos pellizcos eran los únicos que hacían llorar de risa, las carreras por el interminable pasillo de Santa Fé, los juegos continuados, sus enseñazas, su paciencia…

Claro que se enfadaba, y con razón, y por supuesto que alguna que otra vez un bofetón nos dio, y sin embargo, a nadie se nos ocurrió denunciarla. Ninguno hemos tenido trauma alguno ni nada por el estilo. No podíamos imaginarnos vivir sin ella. Pero hoy esto ha cambiado, un grupo de eruditos sin hijos, consideran que saben más que la vida misma y son capaces de afirmar que a un hijo jamás se le debe de pegar ni castigar. Así nos va.

Hoy esa mujer de zancada larga y paso ligero sigue al pie del cañón, cuidando de sus hijos, susurrando en sus oídos palabras de ánimo, ya no los viste ni les hace de comer, ni los saca a jugar. Ya no les cura las heridas de las caídas, sino que les reconforta el corazón con palabras sabias, llenas de experiencia, de sufrimiento y por supuesto, de mucho amor. Hoy ya no corre tras ellos sino tras sus nietos, los cuales son los que consiguen alegrarle el día en estos tiempos oscuros que por desgracia les ha tocado vivir. Y hoy yo, con mis treinta años, sigo luchando (con mis sobrinos) por conseguir pasear agarrado de la mano de mi protectora, sigo acercando la mejilla a su mano en busca de su calor, y sigo acudiendo a ella para que me de uno de esos pellizcos que sólo ella sabe dar.

Sed buenos

jueves, 16 de julio de 2009

HAGAN SUS APUESTAS

El otro día entré un local de esos que no te dejan indiferente, con letreros luminosos fácilmente reconocibles. Para mi sería la primera vez, no como para mis dos acompañantes. Un lugar lleno de personas, obsesionadas con una sola idea, duplicar sus apuestas o triplicarlas….Fui al Casino del Aljarafe.

Si tuviera que definirlo con una palabra diría, antro. La entrada al establecimiento es increíble, tienes que subir una escalinata de 15 escalones con alfombra roja, abrir una gran puerta de cristal, y como si de la recepción de un hotel se tratase debes registrarte mostrando tu DNI.

En ese enorme hall, mientras me identifico puedo observar a mi derecha, una sala de juegos recreativos aislada por un biombo perforado con orificios en forma de florecillas. Desde el mostrador se podía oír el sonido de las tragaperras funcionando y en ocasiones el sonido metálico de un premio golpeando en su cajetilla.

A la izquierda del mostrador, cuatro puertas de doble hoja con cristales opacos, ocultan el corazón del monstruoso edificio y su gran atractivo. Las mesas de juegos.

Cuando entré no me percaté del ambiente que había pues iba buscando a dos amigos con los que había quedado. Intentaré hacer una panorámica del local desde la puerta de entrada. Una sala de unos 200 ó 300 mt2, totalmente diáfana, da sensación de ser una sala circular pero nada más lejos de la realidad. La sala está divida en dos ambientes. En primer lugar, las mesas de juegos en el centro de la habitación formando un círculo el cual no puedes atravesar ya que está prohibido. A mano izquierda, a distinta altura del centro neurálgico (el juego), encontramos la barra con su barman y unas tres mesitas para poder sentarse. A mano derecha, la caja para cobrar los premios o sacar más dinero para continuar jugando. Y en segundo lugar, estaría una sala separada de ésta primera por unas tres columnas, la cual es la sala de los profesionales. Esto significa que en la sala en la que yo me encontraba era de los principiantes y la apuesta mínima es menor que en la otra. Esa zona no la pude ver bien, pero creo que puede albergar un restaurante.

Una vez dentro no me llamó mucho la atención, por lo que me situé estratégicamente y me propuse familiarizarme con el juego sin apostar, viendo las distintas opciones de apuestas que existen y los variantes juegos.

En un ambiente de superstición y engaña bobo, voy viendo como la gente va apostando al azar, pues a pesar de creer que tienen una estrategia, y que tienen en cuenta las estadísticas, siguen apostando al azar, y éste, es caprichoso. Fui testigo de cómo una famosita se embolsaba cinco mil euros “a la sombra de los pinos”. Eso si, no se cuanto apostó y si perdió algo.

Vi como la mala educación era palpable en cada uno de los crupieres, jefes de mesa y vigilantes, y como la respuesta de los asistentes a dicho antro era del mismo tono.
Di una vuela viendo los distinto juegos, Black Jack, la ruleta, Póker, y cogiendo panfletos para saber como se juega y como se apuesta.

Me acerqué a la mesa de Black Jack 21. Y allí estaba ella, como salida de un libro de Agatha Christie, una mujer elegante, con gustos refinados, con las mejillas coloreadas y que rondaría peligrosamente el siglo. Unas gafas extravagantes cubrían su rostro y sus arrugas. Sus gestos desprendían una amargura extraña pero fácilmente reconocible. Fría y lejana, la señora sujetaba su copa a la par que lanzaba las valiosas fichas de plástico con tal desprecio que parecía que las regalaban a la entrada.

Me quedé observándola un rato, sentí lástima y observé que tal como soltaba las fichas de plástico, el crupier alargaba su peluda y gigantesca mano para arrancarle un pedacito más de su frío y despreocupado corazón el cual descansaba en las fichas, y ella, insensible al grotesco espectáculo, estiraba su brazo para coger su copa, sorber un trago, y con la otra lanzar las fichas restantes para seguir poco a poco muriendo.

Continúe mi recorrido por las distintas mesas, aspiré la fragancia inmunda de la avaricia, me dejé seducir por la sensual mirada de los crupieres. Olvidé, por unos instantes, el valor real del plástico (fichas), comencé a elaborar una estrategia sin tener en cuenta el azar. Y fui poco a poco acortando distancias con la mesa, mirándola tímidamente daba un paso más hacia ella. Sucesivos mensajes (pensamientos) llegaban a mi cabeza animándome a que me atreviese a jugar, y al igual que en un cortejo, mi corazón se aceleraba a cada paso que daba recortando la distancia.

Al final, haciendo un esfuerzo cuanto menos, me giré y me fui. Miré hacia atrás un par de veces, como cuando te despides de alguien que te gusta y te giras para ver si te devuelve la mirada, atravesé la gran puerta de cristal, bajé la escalinata sobre su alfombra roja, y desaparecí.

En lo sucesivo no creo que vuelva a entrar en una sala de juego. Creo que no hay nada mejor como conocerse así mismo y reconocer sus limitaciones, sus defectos, y por supuesto también las virtudes.

Es triste ver como la gente pierde su vida, su tiempo, su dinero, y lo que es más importante, a su familia, por algo tan frío, sucio, y enfermizo.

Sed buenos

BELLA

En ocasiones uno tiene que perderlo todo para darse cuenta que es lo que realmente merece la pena. Es la reseña de una película latino-americana (Bella) que ha tenido poca difusión en España. La película es lenta, con primeros planos y no profundiza en los temas. Sin embargo, por poco que nos pongamos a rascar, nos daremos cuenta de algunos mensajes, que pretende transmitir el film, como por ejemplo "que hay desconocidos dispuestos ayudar al prójimo.""Que siempre hay una salida""que la felicidad no está en tener" y un par de etcéteras más…


En ocasiones hay que perderlo todo.... Es cierto, estamos tan cómodos en nuestro sillón, bajo un techo donde resguardarnos, una mesa donde no falta la comida. La cartera llena con más o menos dinero para gastar en una cena con una pareja, o para llevar a los hijos a Disney World. Una bicicleta con la que poder desplazarse, o un bonobús para poder coger un bus. Poseemos cosas, materiales y no materiales, como puede ser la felicidad, la salud, el amor, la amistad, el miedo, la inseguridad, y no le damos la importancia que se merecen o quizás, más bien, hemos olvidado valorarlas.

Sin embargo, hasta que no lo perdemos, no somos conciente de la suerte que tenemos, del bien que poseemos y del bien que somos (para alguien) y por supuesto, no queremos ver o reconocer que, como cualquier hijo de vecino, somos imperfectos, tenemos fallos, algunos de serie, y otros los hemos adquirido con el tiempo. Pero lo realmente sorprendente es que por todo esto que poseemos merece la pena sonreír, y enfrentarse a la vida con una sonrisa con una actitud positiva.

¿Dónde reside tu razón de vivir? Donato, futbolista del Depor (impresionante que yo sepa esto), escribió o anunciaba un libro, con este título creo. Él, en los anuncios del librito, decía algo así “el futbol es mi vida...” ¿Qué es lo que hace que cada día un hombre, de los tres millones de parados que hay en España, se levante a las 8 de la mañana, sonría a su familia, y salga a la calle en busca del pan para sus hijos? ¿Qué es lo que hizo que prisioneros judíos de Auschwitz-Birkenau, sobrevivieran a las continuas torturas, experimentos, y demás tormentos? ¿Qué es lo que hace que un creyente siga manteniendo su fe cuando todo el mundo lo niega?....

A pesar de todas estas cosas, aparentemente normales y que no valoramos hasta que la perdemos, debemos descubrir cual, entre todas ellas y por las que faltan por llegar, es nuestra razón de vivir. Cual es ese motivo por el que uno decide ser mejor persona cada día. Debemos descubrirlo porque aunque poseamos dinero, tierras, coches, trabajo, amor y no nos falté de nada, podemos caer en la comodidad, en la relajación olvidando aquello que nos hace mejores personas y que en definitiva, son las que nos dan la felicidad.

En la película se trata un tema delicado como es el aborto. El aborto en nuestra sociedad se vende como una alternativa a…. ¿Una responsabilidad?, ¿Un esfuerzo, sacrificio?, ¿”Una pérdida de la juventud?, ¿Un futuro incierto?, ¿Una vida difícil? El aborto no es algo tan fácil de hacer, se corre un riesgo, deja secuelas tanto psicológicas como físicas, y por supuesto no es la mejor de las opciones (ES mi opinión). En nuestra sociedad el aborto se vende como algo bueno, y todos los que estamos en contra somos unos retrógrados a los cuales nuestra religión nos ha comido la cabeza. Sin embargo, nada tiene que ver con las creencias personales de uno. Pues a las 24 horas de la concesión esa molécula formada por un óvulo y un espermatozoide ya contiene el código específico de la raza humana, los 23 pares de cromosomas que hacen que de esa unión, tras 9 meses de gestación, salga una criaturita. La cual no sabemos si llegará a los 80 años, o si la naturaleza lo reclamará antes, no sabemos si será el inventor de la vacuna contra el cáncer de páncreas o si será un delincuente, no sabemos si será feliz aunque viva en una chabola o triste pues a pesar de haber inventado la vacuna del cáncer no encuentra su razón de vivir. Sea como fuere, debemos darle la oportunidad de vivir, es su derecho y nosotros padres, y madres en especial, no podemos quitarle la oportunidad de demostrar al mundo que a pesar de no ser un hijo esperado, y de llegar en el peor de momentos (para sus padres), a pesar de todo eso y más, se puede ser feliz y hacer cosas importantes.

Se mire como se mire, y por mucho que la iluminada de nuestra ministra haya dicho que un feto no es un ser humano, un aborto consiste en eliminar algo que te estorba. Y si detrás de ese algo que eliminamos no somos capaces de ver la grandeza de un ser humano entonces deberíamos plantearnos muchas cosas.

Como decía Teresa de Calcuta “sino los queréis dádmelos a mi”.

Sed buenos

sábado, 11 de julio de 2009

¿PORQUE NO PUEDO ELEGIR MODELO EDUCATIVO?




La Consejería de Educación acaba de anunciar que denegará los conciertos a los centros a los que en mi opinión, de un modo intencionadamente perverso, se les ha calificado como de educación segregada, apartándose de su denominación pedagógica específica que es el de diferenciada.

La expresión utilizada conlleva una evidente carga descalificadora, no exenta de trasfondo ideológico, de dicho modelo educativo, pues «segregar» significa, según el diccionario, «separar y marginar a una persona o a un grupo de personas por motivos sociales, políticos o culturales», mientras que «diferenciar» tiene como acepciones las de conocer la diversidad de las cosas, hacer a alguien o algo diferente, diverso de otro, utilizando como ejemplo la frase «Su idea de la libertad los diferencia».


Entrar en un debate sobre ambos modelos educativos resulta políticamente incorrecto, pues quienes defienden el modelo de la coeducación dicen que es un instrumento para el respeto y la tolerancia de género, y la plena igualdad de oportunidades para el hombre y la mujer, mientras que quienes propugnan la defensa de la educación diferenciada lo hacen exclusivamente por razones pedagógicas. A este debate cabe además añadir el de la libre elección de modelo educativo por parte de las familias, como derecho integrante del de educar en libertad. Y ponerlo en relación con los parámetros que evalúan nuestro sistema educativo, como son los de calidad, fracaso y abandono escolar. Por ello, creo que un análisis de las experiencias producidas en países de nuestro entorno en los que coexisten ambos modelos educativos pueden iluminar también una serie de conclusiones que alimenten un debate sosegado, exclusivamente pedagógico, y no ideológico, sobre los modelos de educación, diferenciada y coeducación.

En Inglaterra, si tomamos como criterio de calidad educativa el acceso a la Universidad, se producen unos resultados que no se deben pasar por alto. Y así, entre los diez mejores colegios públicos del país, y similares resultados ofrecen los centros privados, en cuatro de ellos sólo estudian chicas, en otros cuatro sólo chicos, y dos son colegios mixtos. Es decir, ocho de los diez mejores colegios públicos ingleses son centros con educación diferenciada. ¿Por qué? Ello se debe a los diferentes desarrollos intelectuales y madurativos que se producen entre los chicos y las chicas a esas edades. La experiencia ha evidenciado que las chicas aventajan a los chicos en la asimilación de materias como la lengua, la literatura y los idiomas, mientras que los chicos lo hacen en materias como las matemáticas o las ciencias, lo cual hace que el aprovechamiento global del grupo o del aula no resulte homogéneo. Podría citar muchos otros ejemplos.

En cuanto a la coeducación como intrumento para la igualdad de sexo, y de oportunidades, confieso sinceramente que no conozco a nadie que me haya manifestado que el haber estudiado en un centro educativo sólo de chicos o de chicas hubiera resultado una barrera para acceder posteriormente a otros estudios superiores o profesionales, y que dicha circunstancia haya constituido una causa de denegación del acceso a un puesto de trabajo.

Respecto a la primera premisa, el alcanzar el objetivo de la igualdad, creo que deberemos examinar cómo parece concebirse por la Administración educativa andaluza este objetivo. Y para ello me apoyaré en las acciones formativas del profesorado y de los coordinadores de los programas de coeducación puestos en marcha por la Consejería de Educación, a través de los CEP (Centros del Profesorado). Y así encontramos que bajo el título «Integrando la Coeducación en nuestros centros. Estrategias y debates», los contenidos formativos de esta actividad son: La Educación Afectivo-Sexual. Una revisión más profunda. Nuevas parejas, nuevas familias. Identidades sexuales e intersexuales. La masculinidad a debate: nuevas masculinidades. Nuevos retos, nuevas corrientes, nuevos feminismos. Es decir, que para la Administración educativa, la igualdad de sexo pasa, una vez más, y de un modo obsesivo, por implantar la ideología de género. Y es que al final van a convencerme de que «probablemente el sexo masculino y femenino no existan. Deja de preocuparte y disfruta la vida». En mi opinión, nada o casi nada relaciona la igualdad de sexo con la ideología de género, que precisamente lo que propugna es su negación. No podemos defender la igualdad de sexo si negamos su existencia.


Por tanto, la coexistencia de ambos modelos educativos es una realidad en los países de nuestro entorno, incluso en la enseñanza pública. Y la negación de los conciertos a los centros que optan por la educación diferenciada resulta discriminatoria para las familias que libremente, y en el ejercicio de su derecho constitucional a elegir, quieran optar por ella. El concierto financia los costes de la educación por alumno, y se sufraga a través de los impuestos que las familias, sin discriminación, satisfacen.


La medida que quiere adoptar la Consejería convertirá la educación diferenciada en un privilegio de las que tienen más recursos económicos para poder financiarla, negando esta posibilidad a las clases sociales cuyos recursos económicos son menores, como ocurre en la práctica con la mayoría de los alumnos de los centros que actualmente tienen concierto y optan por este modelo educativo. Y además puede provocar que las hijas de Santa Ángela, las Hermanitas de Cruz, cierren sus Colegios.