lunes, 2 de febrero de 2009

LOS MISERABLES

En esta vida hay dos tipos de personas, las honradas y las indeseables.


Del primer tipo, lo cierto y verdad, es que conozco pocas personas, y las que conozco las puedo contar con los dedos de mis manos. Pero este grupo no es el que me preocupa ni el que me ha llevado a escribir estas líneas. Líneas, que por cierto, algunos no entenderéis (la mayoría) y otros las criticareis y que probablemente borre en un par de días tan pronto como se me pase el enfado, si se le puede llamar así. Pero mientras tanto, me desahogaré.

Si buscamos sinónimos de indeseable en un diccionario nos encontramos con lo siguiente vago, gamberro, golfo, arriesgado, expuesto, despreciable, truhán, pícaro, maleante, granuja.

La simple expresión "es un indeseable", nos quiere dar a entender que un ser humano no se merece que sus deseos (valga la redundancia) se hagan realidad ni que se cumplan. O tal vez lo podríamos interpretar como que no le deseamos nada, ni bueno ni malo, nos es indiferente. Sin embargo, si analizamos los sinónimos, está claro que cuando decimos que es un indeseable nos referimos a que no se merece que le salgan las cosas bien. (Cosa, que por otro lado, no suele pasar)

Hemos tenido la amarga experiencia de cruzarnos, por decirlo de algún modo, con un grupillo de esta calaña de indeseables. Son del tipo de persona que no te gustaría que fuese tu hijo, o sus amigos. Del tipo de persona que cuanto más lejos mejor. Del tipo de persona que deberían estar privados de libertad y de cualquier contacto humano para que no transmitan su maldad y su falta de escrúpulos.

No tengo una palabra para definir a estos engendros monstruosos porque cualquier adjetivo se queda corto e incompleto. En un vocabulario vulgar podríamos llamarlos de mil maneras, pero tampoco es la definición correcta para estas alimañas.

No sabría definirlo bien, pero si se que les deseo, y aunque no soy dado a desear mal a nadie, ni si quiera a pensar mal, hoy haré una excepción, ojala os pudráis en vida, sufráis de lo lindo y paséis el peor de los dolores posible. Duras palabras me habéis hecho escribir, pero no las voy a retirar, y cargaré con sus consecuencias si así se dispone. Pero no las retiraré pues no quiero olvidar lo ocurrido, para no errar dos veces en la misma piedra. Ojo esto no lo digo por el daño que me han podido afligir a mi, pues es mínimo, es por el dolor causado a los mios.


Con estas palabras termino de desahogarme.

Os recomiendo la peli Los Miserables, película que viene como anillo al dedo.


Sed buenos.


4 comentarios:

MARIETA dijo...

Pues para eso está esta casa tuya, para desahogarte. Y no lo borres cuando se te pase el enfado, déjalo ahí como recuerdo de lo sucedido, sea lo que sea.
A mí los miserables, los malos, me ayudan a apreciar más a los nobles y honrados, que gracias a Dios hay muchos más que los de la otra calaña.
Saludiños,

Tomás dijo...

Buenas Marieta

Gracias por pasarte de nuevo por mi rincón,

Te haré caso y no lo borraré,
saludos chao

Anónimo dijo...

Hey, no te olvides de tu teoría del corcho!!!! Nunca se hunde!!! Gracias por darme la posibilidad de ser tu amigo. Eso vale más que todo el dinero del mundo! Un saludo y nos vemos pronto.

Tomás dijo...

ok my friend

Es una buena teoría ¿verdad? Somos corcho,,,No importa cuanto nos hundan, al final siempre salimos a flote.

Un saludo, nos vemos chao