miércoles, 23 de junio de 2010

NEBULOSA CABEZA

No deja de sorprenderme la manera en la que el ser humano hace de un grano una montaña. Una frase mal sonante, una mirada vacía de sentimientos, un gesto o incluso un silencio mal pronunciado, pueden ser el desencadenante de una lluvia de granos los cuales se convertirán por arte de magia de nuestra mente en una montaña infranqueable. Una nebulosa de dudas se introduce en nuestra mente y nos hace entrar en un círculo lleno de penas y recuerdos ya perdidos.

Llegamos a hundirnos psicológicamente al no ser capaces de eliminar esa idea de nuestra vacilante cabeza. La sensación de haber fallado, errado, perjudicado, o quemado una relación nos lleva a plantearnos una y otra vez la misma pregunta. Cuando la realidad es que, se ha consumado el tiempo y ha llegado a su fin, y como tal hay que aceptarlo. Cabeza fría y cuerpo caliente, así es como funciona. La mente es un herramienta muy peligrosa, le puede dar poder y mando a un corazón, y si éste está lastimado, o herido, o por el contrario embravecido o encorajado, puede resultar desastroso para la persona y sus allegados. No hay nada más peligroso que un corazón con cabeza.

Las ideas van y vienen a mi cabeza, recuerdos y sueños, risas y llantos, caricias y abrazos... ¿¿Para que regodearse con estos pensamientos?? Parece ser que son inevitable tenerlos, así pues, un a vez más decido caminar e ir a dar una vuelta para dejar oxigenar mi mente. A mi regreso, comienzo a escribir en mi folio virtual, con el fin de soltar el lastre que deja el despecho.
Sigo escribiendo a la vez que de fondo tengo el susurro continuo de mi compañero de trabajo (Nacho) que sin saber que no le estoy oyendo, le debo agradecer su interminable verborrea pues va llenando con sus frases y sus planteamientos mi cabeza, la cual poco a poco elimina la huella que deja el adiós.

Pasan las horas, y en breve volveré al piso para preparar el almuerzo, descansar un poco. El día tiene un brillo especial ahora, no se que será, pero algo bueno se avecina. Así pues, me preparo y comienzo a sonreír porque.... ¿Porqué no sonreír? Si lo vivido y experimentado ha sido bonito. ¿Porqué llorar? Si las lágrimas no solucionan nada. Así que hoy dejo la pena aún lado, y me quedo con lo que ha sido una bonita sonrisa, una agradable caricia, una sincera mirada... en definitiva un maravilloso recuerdo del que he aprendido.

Sed buenos


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