miércoles, 23 de junio de 2010

JUST DO IT

Un sueño reparador y profundo es el que me ha regalado Morfeo esta noche. No he soñado, no he pensado, sólo he dormido a pierna suelta. Pero a las 6:00 de la mañana el interruptor de mi cabeza, esa que no descansa nunca, se activó para sumergirme en un mar de dudas y miedos.

Como si se tratase de un resorte mi cuerpo tumbado en la cama, recuperó la verticalidad. Bebí un sorbo de agua, me até las zapatillas y bajé a la calle a correr. La rúa está vacía, y aunque el silencio interrumpe mis gritos y mis pensamientos, enciendo mi ipod con la finalidad de no oír ni a mi cabeza ni a mi corazón.

De fondo un tal Alejando Sanz, ese que ha puesto melodía a más de uno de esos momentos que merecen la pena recordar. Comienzo mi carrera torpe, dolorido, con los músculos aun entumecidos, pero con los ojos de par en par observando cada movimiento y cada sombra que ya comenzaban a pintarse en el suelo. Hombre y mujeres de chaquetas y bien arreglados comienzan abandonar sus nidos para incorporarse a sus puestos de trabajo. ¿A quién habrán dejado en su casa?¿A su amante, a su mujer?¿A su familia?. Noto como algunos me miran con cara de asombro, pues no debe ser muy normal correr a estas horas.

Bajo el ritmo, el corazón me va explotar, el aire comienza estar más caliente, el asfalto inicialmente frío comienza a caldearse, las fuerzas flaquean, la cabeza está embotada de tantos pensamientos y el ipod no puede subir más el volumen.... Cada vez más gente en la calle, ya comienza a ser incómodo correr pues tienes que esquivar a los peatones...
No se donde estoy ni donde he llegado, son las 7:45 y tengo que volver a casa...Un grito desgarrador y de rabia resuena en mis cavidades pero no consigo expulsarlo....Sigo corriendo y agotando las reservas, y las fuerzas de mi cuerpo, a la vez que quemo esa ira que por dentro me corroe... caigo rendido ante el esfuerzo físico realizado y ante el dolor tanto físico como no físico, me agacho en el suelo, con el fin de recuperar eso que he perdido..... Y por fin, a breves metros de mi casa, me asaltó la deseada y olvidada catarsis...

Una vez más elimino todo rastro que me haga recordar lo que ha sido, al menos para mi, algo especial y único. Mi radicalidad en este aspecto es la que hará que olvide pronto, y que vuelva a subir a ese metro, o entrar en esa tienda, y volver poco a poco a recuperar mis ganas por seguir buscando mis preciados tesoros....

Un AVE cargado de abrazos viene hacia mi, eso queridos amigos, es la mejor de las medicinas y lo cura todo.

Sed buenos

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