domingo, 29 de agosto de 2010

SILENCIO...

Frente al puerto de San Antoni (Ibiza) me encuentro hoy. Sentado en un banco de madera junto a la mar, la cual se mece al compás del viento. Los cormoranes se sumergen a escasos metros mía y los más osados se posan con las alas abiertas para que el sol seque su negro plumaje.
Desde aquí me enfrento a mi yo más profundo, que en definitiva es a lo único que le tengo miedo. Mis miedos, esos que a veces me hacen bloquearme y ver fantasmas donde no los hay.

El sol se refleja en el Mediterráneo deslumbrando a todo aquel que se aventura a comtemplarlo. Mis ojos, hinchados por mi insaciable amante que no quiere abandonar mi cama (insomnio), se cierran por el destello de los primeros rayos del día.

Tras unos días en compañía de los míos, los abandono a todos para dedicarme tiempo a mi.
El cansancio ha hecho mella en este al que algunos veis como un Goliat, fuerte y sin flaquezas... Pero no es así, me derrumbo como cualquier ser humano...
Mientras contemplo el mar, el cual nunca me había dado tanta calma, oigo en el banco de al lado los "silenciosos" sollozos de una joven... ¿Porqué será que la cabra siempre tiende al monte?...
No deja de sorprenderme como la vida te devuelve a ese camino que con tantas ganas intentas abandonar, cuanto más lucho por ello, más motivos encuentro para no cambiar. Cansado de ayudar, de estar siempre disponible, de tener siempre palabras para animar, de tener siempre soluciones, de mantener la cabeza fría... Cansado de tener oídos para todos.. Me acerqué a la chica para decirle la misma frase que minutos antes me escribía mi padre al móvil tras hablar con él un rato "Ánimo, es la vida, así se fraguan los grandes hombres... con dificultades"

Estas últimas líneas las escribo desde la cubierta del barco que me lleva a mi "querido" Madrid. En ella, la brisa marina alborota mi pelo, mi rostro, tostado días atrás por el sol dibuja una leve sonrisa de relajación. Observo la lìnea del horizonte y cierro los ojos, esperando oírte decir eso que tanto me gusta. El agua rota por el incansable avance del barco refresca mi cara.... No se si la gente se dará cuenta pero estoy disfrutando de esta soledad... Y mañana.... Asturias.

Sed buenos

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