domingo, 22 de agosto de 2010

EL FINAL DEL VERANO

Aquí me encuentro, dentro de aeropuerto en el que por mucho que te disguste eres un extranjero más. Es la nueva torre de Babel, donde conviven razas de todos los colores, donde los niños aún saborean las largas horas de esperas distrayéndose con carreras sobre improvisados carros.

Personas caminando, otras corriendo, otros durmiendo y otros, como yo, escribiendo sus memorias. Recae sobre mis fértiles manos la ardua tarea de curar el daño provocado por aquellos que no supieron cuidar algo tan preciado como ella. Tarea complicada cuanto menos, pero que afronto con ilusión, felicidad y con algo o mucho miedo. Miedo por no saber ganar su corazón, pánico por no saber abrirme a ella, terror a perderla... Miedo, por no saber como hacerlo.

Alimento mis días de espera con recuerdos almacenados en mi gran cabeza. Recuerdos que han aumentado tras este verano en el cual los paisajes paradisiacos han acompañado cada atardecer mio. Sentado en lo alto de una montaña, o al pie de una playa, caminando o conduciendo por carreteras desconocidas, disfruto de ese color naranja ahogándose en un mar de aguas cristalinas.

Aquí estoy un día más buscando las palabras que perdí en uno de mis muchos viajes. Viajes que
me llevaron (y me llevarán) a lugares increíbles que quedarán guardados en mi olvidadiza cabeza. Este año he paseado por calles cuyo nombre desconozco pero de las que conservo el aroma a nostalgia que desprendían sus paredes enladrilladas. Ciudades monumentales como Salamanca, llenas de historias de valientes y cobardes, de traición y de lealtad... Otras llenas de atrevidos edificios y arquitectura moderna como Valencia. Otras, como Llanes (Asturias), rodeada de verdes prados y vacas pastando en ellas. Ciudades eternas como Mérida, y otras bañadas por todos los puntos cardinales por el mar Mediterráneo.

Sed buenos

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bello, como siempre!un saludo.

Anónimo dijo...

da gracias por haber podido disfrutar de este verano y haber conocido esos paisajes y lugares maravillosos. seguro que el final del verano da paso a otros muchos momentos nuevos y otras muchas cosas por descubrir!
con respecto a "ella" creo que no hay que tener miedo, actuando con un poco de cabeza y un mucho de corazón!
un beso

Tomás dijo...

Muchas gracias anónimo,.... sinceramente no caigo quien eres, pero gracias