¡¡COMITÉ DE SABIOS!!

Ayer en una triste tarde de verano, dos amigos se sentaron para charlar, opinar, comentar cosas de trabajos, política, la supuesta no crisis en la que nos encontramos sumergidos, hablar de negocios, de preocupaciones, en definitiva, se sentaron para mejorar el mundo.

Mientras los dos amigos se tomaban un flash de fresa, las ideas comenzaron a fluir por sus cabezas. Sin darse cuenta comenzaron a expulsar las ideas una tras otra, y una vez todas fuera, comenzaron a enlazarlas hasta que, como si de un Tente (Lego para los más jovenes) se tratase, habían dado forma, había creado en su cabeza, un negocio. Que sin ser aparentemente “novedoso” si que parecía rentable. La felicidad radiaba en sus ojos.

No son más listos que otros, no son más inteligentes, ni tan si quiera tienen un currículo escolar bueno (todo lo contrario)…No hablan idiomas, no tienen nada que haga pensar que puedan llegar lejos, tan solo son personas deseosas de trabajar y de hacer las cosas bien.

Son luchadores tenaces, son fieles a unos principios y a unos ideales, son, como se suele decir hoy día, buena gente. Pero de verdad, buena gente de la auténtica.

Quizás el negocio que habían creado en una tarde de verano, alrededor de una piscina tomando flash y fanta, nunca llegará hacerse realidad. Quizás ese negocio preconcebido en un mundo paralelo e intangible como es nuestra imaginación, no sea más que eso, un sueño. Pero lo que si tengo claro, es que esos dos hombres, más o menos listo, con más estudios o menos, mejor o peor preparados, son capaces de mejorar el mundo. No por su idea de negocio, sino por su capacidad de trabajar y de ilusionarse con proyectos nuevos o viejos, pero más importante es, por la necesidad que tienen de sentirse útil y la necesidad de querer hacer las cosas bien, sobradamente bien.

Todo pasa nada permanece. No lo olvides