domingo, 10 de enero de 2010

AY MI SEVILLA!!!

Que grande es Sevilla!!!
Muero por Sevilla!!!
Sevilla es lo mejó!!!

Frases repetidas continuamente por las altas alcurnia de la ciudad hispalense por excelencia. El sevillanito de pro, ese de patillas, camisa y jersey al cuello, con su pelo engominado, con su cartera llena o vacia pero siempre a la vista de todos para ser el primero en pagar. Ese personaje que siempre que os veis te invita a su caseta, ese muchacho el cual siempre te ofrece una última copa, ese mismo hombre que se lamenta de no verte más veces al año pero que no hace nada para cambiar esa situación. Este es el sevillano autentico, un ser hipócrita y dejado.

El sevillanito, ese que luce con gracia y salero en su pecho peludo la medalla de oro de su Virgen Macarrena o la Esperanza de Triana, o incluso, la Blanca Paloma Nuestra Señora de las Marisma la Virgen del Rocío.

Que triste vivir en una ciudad que se enorgullece de ser moderna y de ser lo mejor de mundo mundial. El sevillano es como el caballo que tira de carruaje típico de esta bella ciudad. El cual está atado a la cochera y va con los ojos tapados para que no puede ver nada más que lo que está delante suya. Este es el sevillanito, un ser que no sabe, que desconoce todo lo bueno y malo que existe fuera de esta grandiosa ciudad mora. Una criaturita que sólo tiene ojos para su majestuosa Giralda,
sus incontables Vírgenes y Crucificados, y sus tapitas al aire libre disfrutando del color naranja de un atardecer. Esto es Sevilla, prejuicios, chismorreos, diferenciación de clases, narcisismo y envidia. El sevillano es un señor que se viste por los pies, es un caballero, es pedantemente educado, y por encima de todo, se considera gracioso.

Soy sevillano, pero no puede sentir más que vergüenza cuando veo este tipo de personajes y escucho sus comentarios magnificando una ciudad que lleva estancado en el pasado desde mucho ante de nacer yo. Que vergüenza al saber que la ciudad que me ha visto nacer, que me ha criado y educado, no ha madurado con los años.

Que pena al oir a estos sevillanos de pro, discutir que ciudad es más bonita, que catedral es más impresionante, o al escuchar sus comentarios sobre el Señor de Sevilla (Jesús del Gran Poder).

Vientos nuevos soplan en mi vida, con dirección Madrid, espero llegar pronto allí, y desaparecer durante un tiempo de esta ciudad encerrada en si misma y empeñada en no crecer, en no realizar ningún cambio. Está tan arraigada a su pasado que no es capaz de permitir que nadie se desarrolle, tanto profesionalmente como personalmente.

Por supuesto, echaré en falta mi ciudad, sus calles, sus avenidas, su clima, incluso el calor de su gente.

Aquí os dejo el último anuncio de la mundialmente conocida mejor cerveza del mundo Cruzcampo, que es un claro ejemplo de lo que es Andalucía. Porqué para chulo, nosotros.

Sed buenos


5 comentarios:

Gaby dijo...

Vale pues mucha suerte en tu nueva etapa... siempre es bueno cambiar de aires un poco y experimentar cosas nuevas...
Mientras leía recordé algo que me dijeron hace tiempo cuando me quejaba de mi patria,del mal gobierno, de la gente y de las mil y una cosas que nunca cambiaban no solo en mi ciudad, si no en mi país.
"Cada uno de nosotros hacemos una patria, y si queremos que las cosas cambien debemos empezar por nosotros mismos..."

Suerte en Madrid!!

Besitos...

Miguel Sarmiento Pelegrina dijo...

Opino lo mismo que tu y lo sabes pero además...¡Llevame contigo!

Tomás dijo...

Gaby
Gracias por volver a pasarte por aqui, te estas convirtiendo en una seguidora habitual, gracias
Yo no quiero cambiar mi patria, quiero que abra los ojos al mundo, y que deje de pensar que por tener sol y buen tiempo monumentos, y gente simpática, ya no hay que mejorar, Sevilla está atrasada y esto querida amiga, no es algo que yo pueda cambiar. Un beso chao

Miguelin "el triunfador", sabes que en mi viaje particular hay un sitio reservado para ti, asi pues, vamonos que nos vamos

Gaby dijo...

Con mucho gusto soy tu seguidora habitual!!

Besitos...

Miguel Sarmiento Pelegrina dijo...

Ojala. La verdad es que no encontraría mejor compañero de vieje que un amigo como tu.
Compartimos los mismos sueños y anhelos y me alegro de que tu por lo menos te etstes acercando a ellos