Hoy me sorprendo leyendo escritos del pasado y del presente más reciente, y hoy soy sabedor de una realidad tan cierta como que el agua moja...
Si muestro cariño, amistad amor, comprensión lo hago de corazón y con total sinceridad. Pero existen personas que estúpidamente se autoengañan y que con su actitud solo consiguen hacer desgraciadas a la gente. Personas indeseables, que se dan golpes de pecho intentando aparentar lo que no son. No es que sean cabezotas, no es que sean gruñones o excesivamente sobones, NO. Son timadores, falsos, mentirosos, farsantes, troleros, cuentistas, tramposos.
Tras un año de engaños, de todos los tipos, me siento en la cocina de mi amiga para charlar y llegar a la conclusión que la sociedad que forma esta dichosa piel de toro, está infectada por un virus. Dicho virus no deja de mutar y de extenderse, y no deja de envenenar a las nuevas generaciones. Cansado de tantos fantasmas, y de creer y confiar una y otra vez en aquellos que se dedican a emponzoñar lo más puro que tenemos en este mundo, me retiro del campo de batalla con el fin de no ser salpicado de tantas cobardías y miedos. Con el fin de poder encontrar alguien sincero, honesto, y coherente con sus ideas, reanudo mi incansable búsqueda de mis tesoros.
Así pues hoy asumo la realidad y es, que no abunda la gente auténtica. Desconfiar de aquellos que presuman de ser sinceros, que se jactan de decir que son transparentes. No merecen la pena y solo conseguiréis decepción... Pero no perdáis la esperanza, pues a pesar de la virulencia de esta odiosa enfermedad, los hay que son inmune y esos son los que realmente merecen la pena tenerlos cerca, como amigos, como parejas, o como compañeros de trabajo... incluso como enemigos llegado el caso.
Es por ellos, es por ti, que los miedos se hacen latente en los buenos, y como dice el bicho los que nunca han sido malo son,,,, son pá toda la vida..
Sed buenos
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