jueves, 2 de diciembre de 2010

GOOD BYE MY LOVE

Lo que pretendía ser un sábado normal y corriente se convirtió en una gran tarde y noche del fin de semana. El comité de sabios, tras muchos años de ausencia, se volvió a reunir con la excusa de echar unas risas. Y eso es lo que sucedió. Hicimos la clásica y ya casi olvidada ruta, de su casa al bus, y del bus al centro. Cuantos años sin coger un autobus, sin picar un bonobus...

Tras rechazar un plan alternativo al que teníamos en mente, pusimos rumbo hacia la Plaza del Pan, adentrándonos en el aborigen del centro de mi ciudad. Cual fue nuestra cara al descubrir un concierto en la plaza del ayuntamiento, y por la otra cara del modesto edificio, una manifestación de transexuales. Bullicio, griteríos, pitos y pancartas, todo aderezado con la voz molesta de aquella cantante de cuyo nombre prefiero no pronunciar ni recordar.

Fuimos a tomarnos la primera copa en un bar del cual me atrevería a decir que tiene la mejor música, o al menos, no pone bazofias continuamente. Breve, recordatorio de lo que tuvimos y lo que perdimos, para terminar brindando por una noche que prometía ser interesante. Alrededor de nosotros grupo de chavales y chavalas alocadas bailando al son de una canción pasada ya de moda, pero que aun resuena en los jóvenes oídos que llenan las calles.

Grandes frases salieron de nosotros esa noche, charlas clarividentes y aclaratorias, consejos y respuestas, sinceridad y trasparencia. Un paseo por ese abrechado muro.

Tras esa tarde-noche de copas y montaditos en compañía de mi amigo, transcribo una frase suya la cual grabé en mi cabeza "No elegimos el momento, ni el lugar donde nos enamoramos, si lo hiciéramos, sería muy aburrido"

Solo los recios y los fuertes son dignos de llamarse espartanos.
Me encanta esta escena de la película.
http://www.youtube.com/watch?v=-ICg1CUvqq0&feature=related
Solo los recios... solo los fuertes...

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