miércoles, 24 de junio de 2009

PODEMOS...

“En nosotros, todo lo excusamos; en el prójimo, nada” San Francisco de Sales

Este pensamiento aunque antiguo es una gran verdad. Cuantas veces hemos insultado a un conductor por una maniobra indebida y al cabo del tiempo nosotros hemos hecho lo mismo o peor. Cuantas veces nos hemos enfadado con alguien, amigo, novio, familia, desconocido, trabajador, etc, por algo que ha hecho o ha dejado de hacer. He visto situaciones de este tipo en cantidad, y he sido testigo como al cabo del tiempo o de los años, este mismo comportamiento pasa a formar parte del ofendido la primera vez.

En ocasiones, no somos conciente que nos hacemos mayores. La vida se nos complica con obligaciones, tareas, compromisos y problemas. Y esto se refleja en dejar de realizar llamadas diarias, o estar cansado para quedar una tarde y hablar de mil y una cosa mientras pasan las horas. Y esto no significa que el grado de amistad, de confianza hayan disminuidos, simplemente disminuye el tiempo de contacto.

Lo dificil de todo esto, es comprender que esa situación es normal, que cuando uno comienza a trabajar, o le sale pareja, quita parte del tiempo que dedica a sus amigos para profundizar en su trabajo o para estar más con su pareja. Lo complicado es comprenderlo, aceptarlo, y sobretodo saber que tarde o temprano a uno también le pasará lo mismo. (O tal vez no)

Sin embargo, estos procesos de adaptación siempre son complicados e incluso doloros, pero debemos mantener la cabeza fría y razonar. Los amigos no hacen las cosas para fastidiar, al menos los amigos de verdad, muchas veces ellos mismos no son conciente.

A veces, exigimos a las personas un cambio sin darles tiempo a reflexionar y asumir ese cambio. Por supuesto, se sobre entiende que dicho cambio es para bien. Cuando esto ocurre hemos de ser pacientes, hemos de tener confianza, y obviamente hemos de compreder que en el caso de que se produjera dicho cambio, siempre podrá haber recaidas. Aquí reside la gracia del ser humano, en volver a recomenzar. Tras la caida debemos levantarnos sin desánimos ni lamentaciones , sacudirnos la ropa y volver recomenzar con ilusión y alegría, pues aun respiramos y tenemos otra oportunidad para cambiar. Y lo que es más importante, no estamos solos en esta andadura.

Los cambios son posibles, el hombre puede cambiar, que sea fácil o difícil es un problema a parte el cual no importa, siempre y cuando, se quiera cambiar, y se asuma que ese cambio solicitado por tu jefe, padre, hermano, amigo, novio, etc, es siempre para bien.

En nosotros todo lo excusamos, en los demás nada.
Termino con una frase de Wally Perrales "El atardecer de un hombre es el amanecer de otro" (película de Disney, Faivol val al oeste)


Sed buenos

No hay comentarios: